Este virus se transmite a los humanos a través del contacto con un animal infectado (monos, murciélagos, antílopes…) y se contagia de persona en persona por el contacto con la sangre, tejidos, y fluidos corporales.
Aunque a nuestros oídos pueda parecer una enfermedad nueva, el primer brote de esta epidemia se dio en 1976 a los alrededores de Sudán, allí recibió su nombre por el río Ébola.
El período de incubación de esta enfermedad oscila entre 2 y 21 días, tras ellos empiezan a manifestarse síntomas como:
- Fiebre alta y repentina.
-Dolor de cabeza.
-Molestias en los músculos y articulaciones.
-Dolor de garganta y debilidad generalizada.
-Diarrea, vómitos y dolor de estómago.
-Erupciones rojizas en la piel.
-En algunos casos incluso hemorragias tanto internas como externas.
La Organización Mundial de la Salud, coincide con algunos expertos en que evitar el contacto físico con los contagiados y lavarnos frecuentemente las mano,s pueden ser las claves para prevenir esta enfermedad.
No existe cura para el Ébola, aunque actualmente las farmacéuticas están intentando desarrollar una vacuna que pueda combatirla.
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