Un grupo de psiquiatras forenses y neurocientíficos han echado un vistazo en el cerebro de una docena de psicópatas británicos encarcelados por asesinato, violaciones o intento de homicidio. Registraron su actividad cerebral con la técnica de imagen por resonancia magnética funcional mientras realizaban una serie de ejercicios donde podían ganar o perder puntos.
Para poder comparar sus resultados y buscar las diferencias, los investigadores realizaron el mismo experimento con una veintena de reclusos condenados también por delitos muy graves pero que no presentaban rasgos psicóticos. Otras 18 personas sanas y libres completaron la muestra.
Este estudio mostró que los afectados por una psicopatía presentan anomalías en las partes del cerebro implicadas en el aprendizaje, anormalidades funcionales tanto en la materia gris como en las fibras nerviosas de la materia blanca. Pueden aprender de los premios, pero parecen incapaces de hacerlo con el castigo.
Ambas zonas del córtex cerebral están implicadas en el aprendizaje basado en premios y castigos. El giro cingulado está relacionado con la respuesta que producen ante cambio inesperado, mientras que la ínsula anterior, interviene en la motivación. Estudios previos han demostrado que una lesión en esta zona puede afectarles a la hora de tomar decisiones que puedan acarrear un resultado negativo. Por lo que comparando los hombres normales y no violentos como con los violentos antisociales que no son psicópatas, el grupo psicopático mostró un aumento de actividad anormal en el cingulado posterior y en la ínsula anterior cuando eran castigados de forma inesperada, sin embargo, la actividad cerebral tras un premio era completamente diferente.
Antes de tomar una decisión, los humanos tienen en cuenta los considerar solo las posibles consecuencias positivas y fallarían al valorar las posibposibles resultados. "Los criminales con psicopatía podrían ilidad de un resultado negativo", sugiera la investigadora canadiense. Es como si no aprendieran de los castigos o errores. "El castigo indica la necesidad de cambiar la conducta. En determinadas situaciones, estos criminales tienen dificultad para aprender del castigo para modificar su conducta", añade. Así que no se trataría solo de falta de empatía hacia los demás, por lo que estos investigadores, a pesar de que habría que realizar nuevos estudias más fiables, no consideran favorable los sistemas de tratamientos que se le aplican a los psicópatas en la actualidad, ni su posterior reinserción social.
Como dice Blackwood: "En la actualidad, los programas tratan a todos los hombres antisociales como un único grupo y sabemos que los psicópatas no los siguen muy bien. Nuestro trabajo apunta a la necesidad de adaptar estos programas para que tengan en cuenta la diferente forma de procesar la información de los castigos de los psicópatas, los delincuentes psicópatas son diferentes de los otros criminales en varios aspectos. Éstos son híper sensibles a la amenaza, irascibles y agresivos, mientras que los psicópatas presentan una baja respuesta a las amenazas, son fríos y su agresividad es premeditada".
Por cierto, a lo largo del artículo siempre se ha hablado de hombres. En la muestra estudiada no había mujeres. La gran mayoría de los individuos con trastorno de la personalidad violento y antisocial son hombres. Existen mujeres psicópatas, pero son muy escasas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario