Algunos artrópodos, como las mariposas o los escarabajos, han evolucionado durante millones de años llegando a producir nanoestructuras de cristales biofotónicos en la escala óptica deseada por ingenieros modernos. ¿Para qué sirve todo esto? Para cosas como mejorar las células solares, cables de fibra óptica, e incluso para la fabricación de cosméticos y pinturas.

Este descubrimiento conlleva a una mayor facilidad para la fabricación de todos aquellos productos en los cuales los polímeros son necesarios (plásticos). La anatomía de estos artrópodos resulta sorprendente; se encuentran materiales útiles hasta en los pelos de un simple escarabajo. Como decía el físico alemán Max Planck: “la ciencia es la progresiva aproximación del hombre al mundo real”.
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